sábado, 24 de septiembre de 2011

Bubby el Turco y yo

A Bubby nunca lo conocí personalmente. Militaba con el Turco junto a los Montos, ambos sin saberlo vivían cerca uno del otro.
Hacía un tiempo que con el Turco dejábamos de ser novios para ser amigos toda la vida, así que en mi historia hay agujeros espaciales que en un determinado momento encajaron como eslabones en una cadena.
Cada uno iba haciendo su historia, hasta que el Turco cayó preso. Que quieren que les diga, eran noches de lápices en la historia Argentina, nos marcó para toda la vida.
Yo fui caminando como pude, hasta que, en ciertos puntos, las historias se entrecruzan. Conocí por vínculos a la familia de Bubby, yo no sabia quien era, o había sido Bubby para el Turco, hasta que apareció su hijo. Ellos fueron militantes de la misma célula, cuando el Turco cae preso pasa al poder ejecutivo (PEN) lo que era una buena noticia, no lo iban a matar ni a desaparecer era legal. Eso si, se banco siete años adentro.
Bubby no corrió la misma suerte, es mas todavía no se encontró su cuerpo, ni el de su pareja embarazada.
Apareció su hijo, entonces el Turco lo ve por televisión, me cuenta, que se paro frente a la pantalla y comenzó a gritar –es Bubby!!! Bubby!!!-
Los ADN son fundamentales para la identidad de los que todavía no saben su origen, quien apareció no fue Bubby. Fue su hijo con ADN intachable.
Para el Turco es igual a Bubby. Hoy desde distintos espacios militan juntos el hijo de Bubby con los hijos del Turco y los míos.
No nos han vencido.
“El gallo negro era grande pero el gallo rojo era valiente…”

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