jueves, 20 de agosto de 2009

País Cromagnón

La tragedia de Cromagnón es la catástrofe argentina por excelencia. El símbolo más acabado de nuestra forma de ser. Nos pinta de cuerpo entero, con todas nuestras miserias y algunas de nuestras escasas virtudes. Es el lugar donde la "viveza criolla" desnuda su cara más siniestra. Donde toda nuestra "picardía" se nos vuelve como un horrible monstruo que nos hiere.

El fallo de la justicia trae alivio para algunos y desesperación para otros. La lentitud del proceso que falta garantiza unos años más de confrontaciones y expectativa. Por lo tanto se pospondrá el duelo y la posibilidad de reflexión. Porque solo la pérdida abre la posibilidad de cambio. Nos brinda la oportunidad de pensar: "cuánto tuve yo que ver con esto?" y quizás, si podemos, hacernos cargo y cambiar.

La tragedia de Cromagnón no fue un accidente, fue la resultante de nuestra desidia. Años y años transgrediendo normas básicas de convivencia nos costaron 194 pibes. O acaso habrá algún argentino que no rompa una regla en todo un día? Reglas pequeñas, no escritas algunas, leyes otras, pero todos las violamos. Desde tirar un papel en la calle o cruzar por el medio de la calzada hasta evadir impuestos o estacionar en lugar prohibido, todos transgredimos. "Lo atamo' con alambre, lo atamo'", somos "vivos", "la picardía porteña" decimos con una sonrisa. Naturalizamos el error y nos jactamos de ello. El egoísmo no tiene límites y cada uno pretende sacar ventaja del otro. La cultura del sistema exacerba el individualismo y acudimos felices al entierro de nuestros sueños.

Cromagnón es el país que construímos. Es el resultado de esa pequeña y miserable ventaja que sacamos día a día. Todos somos responsables. Vaya un rocanrol para los pibes.

4 comentarios:

  1. En nuestro país "jardin de infantes" hasta cuando tratan "mal" de hacer justicia, los jueces no se donde estudiaron. Que salgan a la calle a ver como son las cosas de la gente.
    Que estudien todo otra vez.

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  2. País jardín de infantes, que buena definición! Yo suelo decir que somos como un adolescente malcriado, caprichosos y egoístas como pocos. Con el fallo tengo dudas, me cuesta ver músicos presos. Los pibes fueron a tocar rocanrol, que se yo!

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  3. Gragui, yo concuerdo en eso de que como sociedad nos portamos como adolescentes.

    Con respecto a Cromagnon específicamente, yo creo que Chaban tiene responsabilidad, los músicos de Callejeros tienen responsabilidad (se sabe que ello promovían el uso de bengalas y también que entraban bengalas y las repartian) y que también tienen responsabilidad los fans de Callejeros (los que prendieron bengalas, los que festejaban su uso y también los que no censuraban su uso).
    Ademas, con respecto a los fans, no se como sera en Derecho, pero vos también tenes que tener una cuota de responsabilidad y si sabés que se prenden bengalas en un lugar cerrado asi e igual vas...

    Con respecto a ver musicos presos te cuento que yo tenía una banda de rocanrol y blues y jamás se me hubiera ocurrido llevar, prender o promover el uso de una bengala.
    También me pongo a pensar: ¿y si en algun show nuestro alguien hubiera prendido una y se hubiera podrido todo?

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  4. Claro, lo que digo, más allá de las responsabilidades puntuales, es que sirve como modelo para reflexionar acerca de cuánto de lo que ocurre tiene que ver conmigo, en cuánto contribuyo a este desastre en que hemos convertido a este país? O mejor aún: cuánto tengo que ver yo, con las cosas que suceden? Nos educan para rendir exámen no para aprender, a partir de ahí la búsqueda será de cómo zafar no como comprender. Las formaciones e informaciones de cada uno determinaran los límites, pero la cultura impone el zafar de cualquier modo. La evasión naturalizada, la coima institucionalizada, el cruzar mal, son consecuencias de esa cultura. Lo extraño es que no sucedan más Cromagnones.

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